Y no entiende de solsticios ni equinoccios. Y le da igual si viene frío, lluvia o viento. En cuanto vislumbra unos rayitos de sol le entra el ansia y quiere despertar. Las flores revientan como palomitas de maíz y los árboles se vuelven algodón de azúcar. La primavera nos regala verdes, flores y cantos de golondrinas. La primavera ha llegado a Daganzo.
Espectacular la primavera en Daganzo.
ResponderEliminarMe encanta el símil de las palomitas de maíz :)
ResponderEliminarPreciosa la primavera en Daganzo.
Que bonitas Bri!
ResponderEliminarY de qué manera. La última es una preciosidad.
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