A nuestros pies

Yo soy de las que van siempre mirando para arriba, a los pájaros, a los árboles, a las nubes... Pero a veces merece la pena cambiar el punto de vista, y ver lo que tenemos a nuestros pies.

¿Le llegarán más cartas?

No sé quién vive aquí ni si le gusta recibir cartas, pero siempre he pensado que por eso tenía puestos los dos números en la puerta, para que le lleguen el doble. Es más bonito pensar eso a que se deba a un cambio en la numeración de la calle. Y deja a la imaginación volar a historias pasadas de seres queridos que están lejos. Aunque hoy en día con el correo electrónico, no es lo mismo...

Abandono II: casita

Y a veces vas paseando y detrás de una valla te encuentras cosas como ésta:

Y te tienes que quedar mirando, y te empiezas a imaginar qué ha pasado aquí. Es inevitable.

La primavera no espera

Y no entiende de solsticios ni equinoccios. Y le da igual si viene frío, lluvia o viento. En cuanto vislumbra unos rayitos de sol le entra el ansia y quiere despertar. Las flores revientan como palomitas de maíz y los árboles se vuelven algodón de azúcar. La primavera nos regala verdes, flores y cantos de golondrinas. La primavera ha llegado a Daganzo.

La estepa cerealista

Cuando en 1580 Felipe II solicitó una descripción del panorama agrario de los pueblos de España, de los campos de Daganzo se dijo que "es tierra de labor, y de ordinario se coge trigo, cebada y centeno y otras más cosas"

 

  

La casa encantada

Cuando cae la noche, hay casas que parecen encantadas.

Adjunto los exif, que me parecen curiosos:
ISO: 200
Focal: 22mm
Exposición: 25 seg
Pasaron 2 personas por delante de la cámara ;)

Daganceños I: conoce tu pueblo.

 Sin lugar a dudas, lo mejor de Daganzo, es su gente. La gente es tranquila, como el pueblo, amable y acogedora. Y participativa. La semana pasada, la Fundación para el Desarrollo de Daganzo, Fundesda puso en marcha la primera jornada de la actividad "Conoce tu pueblo", una estupenda oportunidad para conocer nuestro entorno y compartir una mañana entre Daganceños. Además del buen rato que pasamos, tuvimos la oportunidad de ver algunas de las aves de la zona, como milanos reales, buitres negros e incluso un numeroso grupo de avutardas. Entre descripciones de lo que estabamos viendo e historias de lo que un día fueron aquellos terrenos, la mañana pasó volando. Estoy deseando repetir.